5/2/07

Lunes 5 de febrero

¡Este fin de semana hemos triunfado! Al principio parecía que las cosas no saldrían bien. Resulta que como no teníamos detergente ni suavizante David solo puso lejía en la lavadora, lo malo es que pensó que tenía que echar toda la botella para compensar que no ponía ninguna de las otras cosas, lo peor es que no me di cuenta que el había puesto solo ropa blanca y yo puse toda la mía de color.
Cuando termino la lavadora todas las prendas tenían el mismo tono multicolor que la costra que cubre los fogones de la cocina.
Eran las nueve de la noche, todas las tiendas cerradas, nosotros paseando en calzoncillos (menos David que llevaba el bañador a flores de Jaime) buscando una solución… no la encontramos. Secamos la ropa que nos pareció menos ridícula con el secador del pelo.
David empezó a planchar su camisa ex blanca pero justo en ese momento yo abrí una cerveza y él acudió corriendo al ruido, nunca falla, es como un imán. Se abrió otra para él y empezamos a hablar cuando nos llegó un fuerte olor a quemado, se había dejado la plancha encima de la camisa.
Una enorme quemadura triangular ocupaba todo el lado derecho inferior, David se la quedó mirando unos segundos y se le iluminó la cara, fue por unas tijeras y cortó el espacio quemado dejando solo unos finos bordes negros. Hizo otra quemadura en el lado derecho que corto de la misma forma. Increíblemente la camisa parecía una de esas tan caras de diseño. Cuando pude parar de reírme recordé que entre mi colección de entradas y descuentos tenia unas invitaciones gratuitas para una discoteca de decoración psicodélica que inauguraron hace poco. Nos hicimos todos arreglos parecidos en la ropa y llevamos las chicas allí. Tuvimos que comprar la cena en un Mc-auto por que no nos dejaron entrar en ningún restaurante pero en la discoteca triunfamos. Todo el mundo nos preguntaba donde habíamos comprado esa ropa y las chicas nos dijeron que éramos los chicos más modernos que habían conocido. Al día siguiente quisieron quedar otra vez y de nuevo tuvimos problemas con la ropa, pero Jaime tuvo una idea genial. Nos pusimos bañadores (a David tuve que dejarles unos shorts que parecen un bañador, Jaime había tenido que reclamarle el bañador de las flores) y unas camisetas de propaganda que nos regalo el dueño del bar por ser sus mejores clientes y las llevamos a una piscina cubierta. La idea les encantó y nos dijeron que hacíamos planes muy originales. Este fin de semana quieren vernos otra vez.
La camarera sobre todo esta encantada por que le dijimos que bajamos tanto al bar solo para verla a ella. Al salir de nuestros trabajos hemos ido a comprar ropa y de paso un microondas y comida precocinada, hemos decidido dejar una temporada las pizzas lo kebaps y la comida china.

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