1/2/08

Nota del autor

Buenos, pues hasta aquí hemos llegado, empecé esta historia casi de casualidad, como una pequeña broma a unos amigos que en el verano del 2006 comentaban la posibilidad de alquilar un piso los tres para el año siguiente. En efecto estos eran Jaime, David y el tercero no era yo, como todos los lectores se pensaban, si no mi buen amigo Rober.
Hasta bien avanzada la historia era él al que me imaginaba escribiendo el diario, hasta que poco a poco mis pequeños personajes fueron adquiriendo en mi imaginación rostros propios.
Les pase las primeras entradas del diario y como les hizo gracia continué escribiendo alguna de vez en cuando. Un día se me ocurrió publicarlas en un blog y supongo que ya sabéis como sigue el resto.
He querido poner dos finales para que los que han sido tan amables de seguir la historia puedan quedarse con aquel que más les guste, el cierre que mas se ajuste al que se imaginaban para los personajes.

No quisiera despedirme sin expresar mi agradecimiento a Orion, Noemí y Nilith, vuestros comentarios me ilusionaron mucho.

Y por supuesto a mis amigos Jaime, Jesús y Rubén, que han seguido de cerca cada entrada que ponía. Rubén te agradezco especialmente el interés que has demostrado, siento no haberte dado más protagonismo pero te prometo que lo enmendare en alguna nueva historia. Jaime gracias por el enlace en tu blog y por esa divertida mini aventura en la que estas en la cárcel, y a Jess por la aportación de ese particular vecino.

A todos los amigos que salen en la historia gracias por tomarse con tan buen humor sus papeles, nunca había usado gente conocida como protagonistas y el apoyo que me habéis dado me ha ilusionado mucho.

Un saludo, gracias por haber llegado hasta aquí.

3/1/08

Jueves 3 de enero de 2008 (final alternativo)

Hacía tiempo que no escribía, abandone el edificio y he hallado la libertad que durante todo este año he buscado. He encontrado unos compañeros de pisos fabulosos, nos turnamos todas las tareas de la casa y todos nos esforzamos en hacerlas a conciencia, da gusto convivir así.
Resulta que son unos viejos conocidos y se sorprenden de lo que he cambiado, dicen que he madurado mucho. Sí son mis padres, he vuelto a mi hogar, a las normas de convivencia, a la vida civilizada. ¡Soy libre!

Jueves 3 de enero de 2008

Estoy muy emocionado, ¡nos hemos mudado a nuestro nuevo piso! Jaime, David y yo hemos encontrado un apartamento estupendo, un quinto con una vista impresionante de la zona universitaria. Al principio éramos un poco reticentes a intentarlo de nuevo, pero nos hemos dado cuenta de que hemos madurado mucho desde la última vez y no vamos a cometer los mismos errores. Hemos hecho un programa de turnos para repartirnos las tareas de forma eficiente, no tenemos nada que ver con los chavales que se fueron a vivir juntos hace un año, ahora somos adultos responsables. Para celebrarlo hemos dado una fiesta de inauguración. El suelo ha quedado algo sucio, pero ahora estamos muy cansados para recoger, ya lo limpiaremos mañana.