3/10/07

Miércoles 3 de octubre

Por fin mi vida recupera la normalidad. Ahora solo trabajo en el Burguer los fines de semana, de lunes a viernes mi amigo Rubén me ha encontrado un puesto en el almacén donde esta él.
La casa también ha mejorado mucho, he comprado un par de mesas de plástico y unas cuantas sillas plegables para el comedor y la cocina. En el banco me regalaron hace poco una cubertería y una vajilla por domiciliar mis dos nominas y en el mercadillo del pueblo he comprado manteles, sabanas y mantas. Lo mejor de todo es que vuelvo a tener tele, en el cuarto de empleados del almacén trajeron una nueva y me dejaron quedarme la que quitaron. Es una anticuaya de 14 pulgadas que no tiene ni teletexto pero si fuera una pantalla plana gigante no me haría más feliz. Quizás mi piso no sea un palacio pero a mi me lo parece.
Por otra parte he invitado a Nuria, mi compañera del Burguer, a cenar en el piso varias veces. Me ha dicho que soy muy ordenado para vivir yo solo, suerte que no vio el piso hace unos meses. La chica me gusta de verdad, quizás le pida salir.

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