Miércoles 31 de enero

Como ya empezábamos a hartarnos de la comida a domicilio hemos salido a cenar fuera. Ya no queda ningún fogón útil en la cocina, todos están cubiertos por una especie de costra multicolor que no conseguimos romper. El horno está inutilizable, la lasaña que quisimos preparar explotó, con los días se ha endurecido y no deja abrir la puerta. Por mutuo acuerdo no iremos a ningún sitio muy caro, como el váter sigue atascado cada vez que necesitamos ir al servicio tenemos que bajar al bar de la esquina y hacer una consumición, nuestros bolsillos se están resintiendo. Hemos hablado de empezar a limpiar.