6/4/07

Viernes 6 de abril

Hoy he recuperado mi diario. Lo cierto es que lo he encontrado de casualidad mientras buscaba alguna camisa que no tuviera manchas de moho por el suelo de mi cuarto, estaba debajo de la montaña de cajas de pizza que utilizo como mesita.
Desde que Jesús empezó a vivir con nosotros la situación ha empeorado mucho, aun no ha superado la depresión por la ruptura con su novia y se pasa los días tumbado en el sofá del salón bebiendo cerveza y viendo cualquier cosa que echen en la tele. Entre las latas que tira él durante todo el día y la cantidad de envases que Jaime deja caer al suelo cuando vuelve del trabajo se esta poniendo imposible entrar al salón. La “alfombra” de basura se ha ido generando de nuevo poco a poco tras la fiesta y ahora debe medir como metro y medio, tenemos que caminar agachados para no darnos con el techo. Lo peor de todo es que en algunas zonas existen huecos que se abren al pisarlos y estamos continuamente tropezando. En medio del salón existe un espacio en el que están el sofá y la tele donde la altura baja de golpe, Jaime ha construido una especie de escaleras a base de cajas y bolsas para poder bajar allí más cómodamente.
El resto de la casa no esta mucho mejor, David ha tenido que instalar sus cosas y su cama en el baño por que la montaña de basura que metí en su cuarto el día de la fiesta ha ido descomponiéndose y cuando se entra cuesta respirar, ayer entró buscando unos pantalones y tuvimos que sacarle a rastras por que se había desmayado.
La cocina es la habitación que se encuentra en mejor estado, el suelo está algo pegajoso pero se limpia un poco cada vez que ponemos la lavadora, como el agua se sale dejamos que se esparza. Hemos tirado todos los platos y cubiertos que estaban en el fregadero, total siempre comemos con las manos así que solo hacían que estorbar, además así podemos usar la pila para lavarnos porque la ducha lleva un par de semanas atascada completamente por la cal.
La nueva mascota de la casa tampoco ayuda mucho a mantener la limpieza. David encontró hace dos semana una caja con un cachorrito negro muy raro abandonado en la puerta del piso con una nota que decía “con vosotros estará a gusto”. Pensamos que a Jesús le iría bien para superar la depresión así que decidimos adoptarlo y le llamamos Nandi, en honor a un amigo nuestro que se le parece, pero conforme pasaban los días iba portándose de forma muy rara. Al final resulto que era un cerdo vietnamita y se pasa los días revolcándose con Jesús y Jaime en el salón. Por cierto es hora de sacarlo de paseo, otro día seguiré escribiendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajaj dios q alguien les contrate una señora de la limpieza!, q digo señora.. estos necesitan un equipo del c.s.i.
Yo reconozco q compartir piso es muy complikado pq he pasado por ello.. y ahora q vivo sola, la verdad es q, solo puedo decir un "dios gracias", pq aguantar la dejadez de los demas, es dificil. Suerte q ya lo teneis casi dominado ^^